El desarrollo del conocimiento
se ha convertido, históricamente, en un mito. Sus procesos han sido formas de
control social y mantenimiento de status. Saber con exactitud el origen de este
mito es imposible, el conocimiento siempre ha aparecido, ante los ojos del
hombre como una realidad maravillosa e intrigante (Cardona, 1996). Descrito de
otra manera: el conocimiento para una mayoría es inalcanzable.
A medida que el tiempo
transcurre el conocimiento se ha venido desmitificando, la evolución de los
procesos para difundir la información ha permitido que ocurran estos avances.
De esto ha dependido las condiciones con las cuales las sociedades han
establecido el progreso, un ejemplo de ello es ver que los sistemas basados en
la democracia han alcanzado mayor progreso social y tecnológico que aquellos
donde su base social está reprimida y desinformada (Drucker, 1993 y 1994). En
los países denominados subdesarrollados es imposible hablar abiertamente sobre
la necesidad de invertir en el conocimiento, menos aún en aquellos Estados
donde la inversión requiere de la evolución de los contextos ideológicos y
políticos.
En la actualidad, el sistema
de información que ofrece la red de internet ha permitido que las culturas o
estructuras sociales de diversas razas e idiomas se encuentren o se integren,
un ejemplo de ello es la utilización de esta herramienta por indígenas
muy pobres (caso peruano, ecuatoriano y mexicano) para encontrarse con el resto
del mundo e informar acerca de sus reinvindicaciones y necesidades, de igual
modo existen culturas en países más desarrollados que han hecho uso de este
instrumento para integrarse con los otros entes sociales existentes. Esta
afirmación contribuye a sustentar la importancia de los medios de difusión
masiva en la construcción del conocimiento.
El mundo, en su totalidad e
integración, ofrece miles de opciones para que los hombres construyan el saber.
Los medios de información mantienen al ser humano abierto al mundo. La
internet, la televisión, la prensa escrita y la radio se han convertido en los
grandes magos de la transformación del conocimiento. Sin ellos los cambios no
hubiesen sido posible.
El Conocimiento: Valor de Vida
Una referencia importante en
el contexto de la creación del mito del conocimiento lo es el libro del Génesis
de la Biblia. En un acercamiento al análisis de este texto, se puede señalar
que la existencia humana sólo ha sido posible por el desarrollo y evolución del
conocimiento.
Para ahondar en esta reflexión
se transcribe una conversación que sostuvieron, durante una tarde, un pastor de
una iglesia evangélica y un educador al momento en que se dirigían a su hogar.
La discusión se basó en el reconocimiento del conocimiento como piedra angular
del desarrollo y del significado de la responsabilidad que se adquiere al
pertenecer a procesos creadores e innovadores.
La reflexión se inicia con una
discusión acerca del árbol del Jardín del Edén, árbol considerado del
conocimiento y el cual, según dice el relato, se encontraba en el centro del
jardín, el árbol permitió discernir entre el bien y el mal, a su vez hace que
todo se descubra y se desnude:
Educador
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Creo que
los seres humanos deben consumir todo los frutos del árbol del conocimiento.
¿Qué necesidad tuvo Dios de colocar ese árbol en medio del jardín?, ¿Por qué
no lo colocó en otra parte que no sea el jardín donde él estaba construyendo
la existencia?, ¿Por qué colocó un árbol, y lo llamó del conocimiento y lo
puso precisamente al frente de los seres humanos?, ¿No crees tú que Dios
estaba interesado en que todos los hombres asumieran el banquete que ofrecía
el árbol?.
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Pastor
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¿Por qué
dices todo eso?, suena desafiante. El árbol estuvo allí como una forma de limitar
al hombre en sus actos, para recordarnos la existencia de Dios, la de su
creador.
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Educador
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¿Pero fue
necesario colocar la tentación de un fruto para recordarle a los hombres la
existencia de Dios? ¿Y si pensáramos que el árbol lo colocamos nosotros
mismos los hombres y mujeres?, ¿Si pensáramos que el árbol del conocimiento
es la representación del mito de las élites que han hecho suyo el
conocimiento?. Lo interesante de comerse el fruto es que los seres humanos
logramos descubrirnos. Ha habido, en la historia, instituciones, personas,
pueblos que han hecho suyos conocimientos particulares y territoriales,
cuando otros logran acercarse a ese conocimiento, lo que ha permanecido
intacto se dinamiza y se descubre. El conocimiento se inicia cuando los seres
humanos nos descubrimos, el destierro del Edén no es porque seamos sólo
desobedientes, sino porque debemos ser capaces de crear con base al
descubrimiento, es el reto que tienen todos los hombres para llevar a cabo su
trabajo en la vida. Todo lo que los hombres alcanzan depende del grado en que
se han comido los frutos el árbol del conocimiento.
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Pastor
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Si, pero
comerse el fruto del árbol sugiere una responsabilidad mucho mayor de lo que
se cree. Hay que hacer uso del conocimiento para ponerlo al servicio de los
demás y contribuir en el desarrollo económico y social de los pueblos. El
árbol del conocimiento era responsabilidad de Dios, al comenzar a comernos el
fruto de ese árbol se inició el proceso de conversión del hombre, en la
medida en que comemos del fruto creemos parecernos más a Dios, por eso el
libre albedrío, tenemos que ser responsablemente reflexivo de nuestros actos.
Al tener mayor conocimiento mayor es nuestra responsabilidad histórica.
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Educador
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Eso me
recuerda instituciones, personas, pueblos que se han comido el fruto del
conocimiento y se alejan de la realidad, creo que nos hemos ido comiendo el
fruto y no hemos retornado las energías que los mismos nos ofrecen. Creo que
ahí como que está la clave, pareciera que Dios quiere y quiso que nos comiéramos
el fruto del árbol del jardín del edén, pero también quiso que asumiéramos la
responsabilidad del conocimiento adquirido, las miserias, el hambre,
las guerras han sido sinónimos de mala administración del conocimiento.
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Pastor
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Si
revisamos las primeras páginas del Libro del Génesis nos daremos cuenta que
la creación es el producto de un conocimiento. El mundo que hoy tenemos es un
mundo de conocimientos creado a partir de experiencias humanas. Los primeros
libros de la biblia relatan muchas tristezas, guerras, muertes, producto de
la mala administración del conocimiento, Jesús estuvo en la tierra para
enseñarnos administrar nuestros talentos, de esa manera reconstruir las
alianzas, no sólo de los hombres con Dios, sino también aquellos pactos
hechos entre los hombres y que han sido rotos por nuestros caprichos y
nuestras concepciones para manejar el poder.
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Educador
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Entonces,
el hombre también es un Dios, o es Dios. Ha sido capaz de intervenir y cambiar
el mundo a partir de su experiencia, la creación se convierte en una obra del
hombre, el hombre es un creador y esa experiencia puede resultar dos cosas:
que el hombre es Dios o que Dios se ha humanizado en el hombre. Creo que si
fuese por Dios el árbol del conocimiento fuese más accesible, los hombres y
mujeres han requerido de mecanismos de control para establecer las
sociedades, y una forma de lograrlo ha sido señalar que tal o cual cosa ha
sido inspirado por Dios, convirtiendo, en muchos casos, las situaciones más
sublimes en algo considerado fuera de ley, el pecado es un invento del hombre
para controlarse a sí mismo.
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Pastor
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Creo,
apreciado amigo, que ahí está el problema, los hombres no podemos ser Dios
por el simple hecho de saber mucho y de construir cosas. El conocimiento que
poseemos es la resultante de muchas experiencias y aprendizajes que se han
tenido a través de la historia y en donde hemos tenido presente a Dios como
interlocutor entre la vida y el pensamiento. Dios ha construido con nosotros
la historia, y el conocimiento también es producto de la relación nuestra con
Dios.
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Educador
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Creo que
Dios es conocimiento, pero un saber colectivo, el sujeto como individuo se
construye a sí mismo en el colectivo. Los pueblos son los más grandes
sistematizadores que existen, ellos, en su conjunto, ofrecen a diario saberes
producto de su conciencia y del aprendizaje. Entonces los pueblos también son
Dios.
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Pastor
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Dios es todo,
Dios es el conocimiento que tu dices, pero también es la sistematización
creadora del hombre. Somos hoy en día el producto de millones de años
construyendo conocimientos, pero no lo hemos hecho solo, lo hemos alcanzado
con los demás y en compañía y guía de Dios.
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Educador
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Regresemos
al árbol del conocimiento, insisto que debemos seguir comiéndonos su fruto y
asumir la responsabilidad que eso significa. Creo que hemos tenido mucho
miedo en asumir responsablemente el saber, también creo que una de las raíces
del miedo está en la concepción de ese árbol. Ese árbol representa el
principio de la historia del hombre, arquetípicamente los seres humanos no
hemos valorado el miedo en su dimensión de desafío. Recordemos que los
primeros libros de la biblia fueron escritos por pueblos primitivos que
deseaban establecer normas rigurosas para desarrollar la organización, y que
el conocimiento no podía ser dado a todos debido al miedo. Las élites del
conocimiento se basaron en el miedo para mantenerse y para desarrollar lo que
son hoy las sociedades. Pero hoy en día la información está en todas partes,
tenemos acceso a muchas fuentes.
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Pastor
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Antes los
hombres y mujeres debían seguir al líder sin ningún concepto de crítica, pero
también era porque las sociedades no estaban organizadas y estructuradas como
hoy lo están.
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Educador
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¿Qué
quieres decirme con eso, que los líderes no funcionaron, o que fueron
manipuladores, o qué no existe la necesidad de liderazgo?
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Pastor
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No, más
bien creo que hacen falta muchos líderes, pero sus funciones ahora no son las
mismas que las de antes, ahora el líder le corresponde sistematizar no sólo
las necesidades del colectivo, sino las esperanzas, los valores, el
aprendizaje, lo cotidiano, en fin el conocimiento y la práctica... si el
conocimiento es el principio del ser humano, también es el fin como
objetivo...
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Educador
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Entonces
la salvación es el desarrollo del conocimiento.
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Pastor
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No, Dios
es la salvación.
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Lo anterior se ilustra por sí
mismo, cabe señalar las siguientes consideraciones de interés:
1. El conocimiento representa
un valor histórico del desarrollo de la humanidad, la evolución de los seres
humanos, de los pueblos y naciones, depende de la concepción y del manejo que
tienen del conocimiento.
2. El conocimiento es el
producto de las relaciones, ya sea entre los sujetos mismos o entre los sujetos
– objetos (García, 2000), pero también es producto de los esfuerzos colectivos
y de la integración de dichos esfuerzos con la historia.
3. El ser humano ha
desarrollado sus propias metodologías para alcanzar el conocimiento, en lo
común y en lo riguroso, se ha venido acentuando el paralelismo entre el
conocimiento cotidiano y el conocimiento científico (Padrón, 1994). Esta
discusión entre lo subjetivo y lo objetivo del conocimiento ha permitido
establecer lo siguiente: (a) buscar metodologías que contribuyan a acceder al
estudio de la información; (b) la necesidad de investigar el “centro de las
coincidencias” entre lo objetivo y lo subjetivo, como una forma de alcanzar
los análisis desde un contexto holístico y equilibrado; (c) comprender el
alcance de lo subjetivo y de lo objetivo, tanto en el campo de la
investigación, como en el estudio o práctica de cualquier ciencia, área o
trabajo; (d) valorar la existencia de comunidades, ya sea de carácter
científico o de desarrollo social – humano para llevar a cabo las
sistematizaciones correspondientes y las respectivas socializaciones y
(e) considerar que tanto el conocimiento común como el conocimiento
científico tienen como objetivo último el llegar a la verdad.
4. El conocimiento está
en crisis, tanto el saber cotidiano como el científico son puntos de referencia
para la crítica. La pluralización del conocimiento ha permitido establecer un
nuevo rol de la ciencia y de lo cotidiano. La crisis conlleva a reflexionar
acerca del papel que juega hoy en día la ciencia y los límites sobre la cual
está siendo sustentada.
Bibliografía:
Cardona, F. L. (1996). Mitología Griega.
Barcelona: Edicomunicaciones, S. A.
Drucker, P. F. (1993). Gerencia para el
futuro: El decenio de los 90 y más allá. (J. Cárdenas Nannetti. Trad.).
Bogotá: Norma, S.A. (Trabajo original publicado en 1992).
Drucker, P. F. (1994). La Sociedad Post
Capitalista. (J. Cárdenas Nannetti. Trad.). Bogotá: Norma, S.A. (Trabajo
original publicado en 1993).
García, B. G. (2000). Modelo de Competencias del
Docente – Investigador. Revista Educación y Ciencias Humanas. (14) 29 -
50.
Padrón, G. J. (1994). Elementos para el análisis
de la investigación educativa. Revista Educación y Ciencias Humanas. (3)
13 – 42.
Para citar:
Aranguren, P. G. (2016). El conocimiento. El
árbol que todos debemos comer. [Documento en línea]. Disponible: http://lainvestigacioncomotejido.blogspot.com/2016/12/el-conocimiento-el-arbol-que-todos.html
[Consulta: Año de la consulta, Mes Día].